La endometriosis es una enfermedad crónica que afecta a las mujeres. Puede causar dolor en la parte inferior del abdomen y dificultad para quedar embarazada.
La endometriosis se produce cuando células de un tejido similar al del endometrio que recubre la cavidad uterina crecen fuera de él, desarrollándose en otros órganos. Este tejido puede romperse y provocar sangrados, afectando más comúnmente los ovarios, las trompas de Falopio y el intestino. La endometriosis puede desarrollarse en las partes delanteras, traseras y laterales del útero.
La endometriosis puede dar lugar a alteraciones de la función reproductiva y perjudicar la fertilidad. Es la causa de infertilidad del 25% de nuestros pacientes.
Los mecanismos por los cuales la endometriosis produce infertilidad son controvertidos y dependen, en parte, del grado de afectación por la enfermedad.
Algunas mujeres con endometriosis no tienen síntomas, pero la mayoría sufre dolores en la parte inferior del abdomen en las siguientes circunstancias:
Otros síntomas de la endometriosis pueden incluir:
Aunque estos síntomas pueden ser causados por otras enfermedades distintas a la endometriosis, es imprescindible informar de ellos al especialista en un tratamiento de Reproducción Asistida.
La endometriosis puede tratarse de diferentes maneras. El tratamiento adecuado para cada mujer depende de sus síntomas y de si quiere quedar embarazada en el futuro.
Los medicamentos que utilizamos para tratarla con:
No existe ninguna prueba para detectar la endometriosis, pero podemos sospecharla a través de los síntomas y de un examen físico. En algunos casos, puede ser útil realizar una prueba de imagen (ecografía o resonancia magnética).
La única manera de saber con seguridad si padece endometriosis es extraer tejido de endometriosis a través de una cirugía y analizarlo.
La endometriosis es una enfermedad crónica benigna dependiente de hormonas (estrógenos). Se asocia a un leve incremento del riesgo de algunos tipos de cáncer de ovario. Este riesgo se reduce significativamente con el tratamiento con anticonceptivos. No se recomienda realizar ningún test de screening porque la incidencia es muy baja y no existe ningún test eficaz.
En los casos de endometriosis profunda puede haber afectación de varios órganos como los intestinos, el aparato urinario, etc. Esto puede dar lugar a varios síntomas como dolor pélvico, dolor al ir de vientre, etc. La cirugía de la endometriosis puede ser compleja en estos casos y por lo tanto, el riesgo de complicaciones más alto. Si la endometriosis es muy grave puede llegar a afectar a órganos vecinos y generar problemas renales e intestinales serios.
El diagnóstico de la endometriosis se sospecha por los síntomas que presenta la paciente (dolor pélvico crónico, dolor con la menstruación, síntomas urinarios y/o intestinales, dificultad para quedar embarazada), el examen físico y en algunos casos puede ser útil realizar una prueba de imagen (ecografía, resonancia magnética). La única manera de saber con seguridad si tiene endometriosis es hacer una cirugía, extraer tejido de endometriosis fuera del útero y analizarlo.
Puede deberse a una predisposición genética. En el 2021 se ha publicado que es muy probable que las mujeres portadoras de una variante en el gen NPSR1 desarrollen endometriosis. Por eso, es una enfermedad frecuente en las mujeres de la misma familia. Pero también puede deberse a una “menstruación retrógrada”: cuando el útero se contrae para eliminar la regla puede ocurrir que fragmentos de endometrio se desplacen hacia arriba, por los orificios de las trompas. Entonces, estos fragmentos pueden anidar en las trompas, en el peritoneo del interior del abdomen o en los ovarios. Se ha comprobado que son posibles las dos causas.
Se debe recurrir a la cirugía en los casos en que el dolor pélvico crónico no mejora con el tratamiento médico, cuando hay endometriomas de gran tamaño y cuando existen implantes endometriósicos que comprometen el correcto funcionamiento de otros órganos como los intestinos, vejiga urinaria, etc. En algunas ocasiones se realiza cirugía para mejorar el pronóstico reproductivo.
Las secuelas que puede ocasionar la cirugía dependen en gran parte de qué estructuras pélvicas estén afectadas y del estadio de la enfermedad. Puede persistir el dolor crónico, producirse lesiones genitourinarias e intestinales secundarias a la cirugía o generar adherencias abdominales (ciertos tejidos u órganos se pegan unos a otros).
Lamentablemente la endometriosis no se puede prevenir. Sin embargo, el tratamiento con anticonceptivos o con hormonas que interrumpen el período menstrual permite ralentizar la evolución y paliar los síntomas de la enfermedad. Además, sabemos que las mujeres con endometriosis que se embarazan mejoran el cuadro clínico significativamente.
El avance más significativo de los últimos años es que cada vez se han limitado más sus indicaciones quirúrgicas. Esto ayuda a preservar la función ovárica y la fertilidad de las pacientes que la padecen, en vista de que la cirugía afecta mucho la reserva de los ovarios.
Queda un largo camino por recorrer para entender esta enfermedad y así poder mejorar su tratamiento y pronóstico.
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