El virus del papiloma humano (VPH)
¿Qué es el VPH?
La denominación VPH corresponde a las siglas de Virus del Papiloma Humano, del que existen más de 100 tipos diferentes. Algunos de ellos ocasionan verrugas o papilomas benignos en las manos o pies o provocan tumores en la garganta o en el área genital. Otros, más de 40 tipos, afectan al área genital y anal. De ellos, unos 15 se pueden relacionar con cáncer en el área genital; son los que llamamos oncogénicos o de alto riesgo.
¿Cómo se contagia el VPH?
La infección por VPH es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente; se calcula que el 90% de mujeres sexualmente activas estarán en contacto con el virus en algún momento de su vida a través del coito; pero no se puede determinar en qué momento se produce. En la mayoría de los casos la infección se resuelve de manera espontánea al año del contagio y pasa totalmente inadvertida.
¿Cuáles son los factores de riesgo del VPH?
Cuanto más temprano se inicien las relaciones sexuales más riesgo de contagio existe, así como cuantas más parejas sexuales se tengan o si las relaciones se mantienen con varones que han tenido múltiples parejas.
¿Cómo se previene la infección por el VPH?
Aunque los preservativos no garantizan una protección total frente al virus, su uso se relaciona con una tasa menor de cáncer cervical. En cualquier caso, el preservativo es una muy buena protección frente a otras enfermedades de transmisión sexual. En la actualidad existen VACUNAS para la prevención de la infección de unas variedades determinadas de virus. Estas protegen contra los tipos 16 y 18, virus «de alto riesgo», relacionados con un 70% de los cánceres cervicales y contra los tipos 6 y 11 que se relacionan con las verrugas genitales (condilomas).
¿La vacuna elimina por completo el riesgo de contraer el VPH?
NO. Estas vacunas sólo son efectivas frente a determinadas variedades de VPH (8, 11,16 y18), pero no frente a otros virus también con capacidad oncogénica, aunque sean menos frecuentes. Por ello es importante que las mujeres vacunadas continúen realizando sus revisiones para prevenir el cáncer cervical. Además la duración de la inmunidad (protección) aún no se conoce con exactitud y puede variar según los individuos. Se están realizando estudios para determinar si se precisarán o no dosis de recuerdo posteriores a las 3 dosis iniciales.
¿Si me infecto tendré cáncer?
No; no todas las personas que se infectan por VPH de alto riesgo van a presentar un cáncer. Existen unos factores que facilitan la progresión de una infección por VPH a una lesión de mayor severidad, entre ellos la variedad del virus por la que uno se ha contagiado, la predisposición individual de cada persona y su capacidad de generar una respuesta inmunitaria, el consumo de tabaco, la inmunodepresión o la coincidencia del VPH con alguna otra enfermedad de transmisión sexual.
¿Cómo se diagnostica el VPH?
El diagnóstico de una infección por HPV consiste en el diagnóstico de una lesión causada por éste en el cuello uterino.
Para ello, es importante acudir al ginecólogo para que realice una revisión que incluya una citología o test de Papanicolau, la técnica validada para el cribado del cáncer de cérvix.
¿Cómo se trata el VPH?
El virus no tiene tratamiento. Lo que se ha de hacer es tratar las lesiones causadas por este virus y luego hacerle un seguimiento para asegurarse que el sistema inmune propio de la persona elimine este virus.
Las infecciones por hongos
Las infecciones por hongos son frecuentes porque la cándida, que es el microorganismo más frecuentemente involucrado, se halla de forma natural en la piel, mucosas y tubo digestivo. Hay circunstancias que favorecen que aumente en cantidad y sea causa de infección como: la diabetes, la gestación, el tratamiento antibiótico, la ingesta de anticonceptivos orales y la obesidad entre otras.
Además los hongos tipo cándida se pueden transmitir con mucha facilidad por contaminación de las manos, de toallas, de prendas de vestir, objetos inanimados y relaciones sexuales.
El herpes genital
El cuadro típico del herpes genital inicia con hormigueo de la zona comprometida que luego se convierte en dolor, picor o escozor en alguna zona de la región genitoanal, donde se observan unas pequeñas lesiones ampollosas que luego se ulceran (llagas) agrupadas en forma de racimo sobre un área enrojecida.
Cada una de estas lesiones no suele superar los 3-5 mm de grosor. Generalmente se palpa algún ganglio inguinal inflamatorio (doloroso). Sólo aproximadamente la mitad de los pacientes contagiados tienen un cuadro típico como el descrito. Es por esto que menos de la mitad de las personas contagiadas sabe que lo están. Esta es una de la razones de la elevada prevalencia de esta infección en España que bordea el 20% de la población sexualmente activa.
Actualmente se puede tratar el brote agudo para disminuir el tiempo de enfermedad pero este tratamiento no es curativo.
Más o menos un 10% de los pacientes que adquieren la enfermedad van a padecer brotes repetidos de herpes hasta 4 veces al año. Existen tratamientos supresores para personas con muchas recaídas por año. Este consiste en una toma diaria de tratamiento con un antiviral. Este tratamiento también disminuye la contagiosidad del infectado.
Es importante mencionar que cuando hay lesiones es cuando el contagio es más fácil, pero la ausencia de lesiones no garantiza el no contagio. Entre un 20-40% de infectados tienen secreción asintomática de partículas virales, significando que pueden contagiar.
Los condilomas
Los condilomas son un tipo de verrugas de causa vírica que aparecen en piel y mucosas, producidas por la infección de un virus llamado Virus del Papiloma Humano (HPV).
Frecuentemente este virus provoca lesiones fácilmente visibles en forma de elementos verrugosos, rosados y blandos aislados pero que pueden confluir formando masas de superficie irregular y que van adquiriendo consistencia y color más oscuro. Pueden aparecer en cualquier parte de la región anogenital.
¿Cómo se explora a un varón con condilomas?
La aplicación mediante una gasa de ácido acético al 10% en genitales externos permite la observación de pequeñas placas blanquecinas que son las lesiones víricas.
¿En qué consiste el tratamiento de los condilomas?
Un 20% de ellos desaparecen solos. De entrada, el tratamiento de elección es el Imiquimod que estimulará el sistema inmune del mismo paciente para eliminar la lesión. Cuando esto falla hay que realizar una vaporización con láser que consiste en la destrucción de las lesiones bajo anestesia local o general.
Vaginitis de repetición
Ante una vaginitis que se repite hay que acudir al especialista para realizar las pruebas diagnósticas necesarias para determinar la causa de este trastorno, seguir los tratamientos prescritos y no hacer ni tratamientos caseros ni automedicación. Es imprescindible una gran confianza con el dermatólogo/a y que la pareja sexual del momento esté totalmente al corriente de todo el proceso porque su apoyo emocional será imprescindible en la resolución del problema.
Enfermedad pélvica inflamatoria (EPI)
Definición: Es una manera general de llamar a una infección de la cavidad uterina, trompas o de ovarios. También es llamada endometritis, ooforitis, salpingitis, etc.
Causa: La mayor parte de casos son causados por las mismas bacterias que causan las otras enfermedades de transmisión sexual (Chlamydia, Gonococo, Micoplasma). Aunque lo más frecuente es que esta enfermedad se origine por transmisión sexual, también estas estructuras también podrían infectarse luego de procedimientos quirúrgicos como el parto, un legrado uterino, aborto, colocación de DIU, biopsia de endometrio, etc.
Frecuencia: Se calcula que aproximadamente una de cada 10 adolescentes presenta un cuadro de EPI. Dado que se requiere un índice de sospecha muy alto para el diagnóstico y que a veces el cuadro clínico es muy vago, inespecífico o leve, los valores de prevalencia estén subestimados.
Factores de riesgo:
- Inserción de DIU
- Antecedentes de cualquier enfermedad de transmisión sexual
- Parejas sexuales múltiples
- No uso de preservativo
- Antecedentes de EPI
- Actividad sexual durante la adolescencia
- Consumo de drogas
Síntomas: Los síntomas de la EPI son muy inespecíficos. Los más frecuentes son la fiebre (aunque no siempre se presenta), dolor pélvico y flujo vaginal de color, consistencia u olor anormal. Otros síntomas que se pueden ver en la EPI son la coitorragia (sangrado después de las relaciones sexuales), sangrado menstrual irregular, micciones frecuentes, aumento de dolor con las reglas o la ovulación, náuseas o vómitos, relaciones sexuales dolorosas, etc. Es importante comentar que la principal razón por la que esta enfermedad es tan frecuente es porque muchas veces cursa sin síntomas, en un cuadro clínico silente (sobre todo cuando es causado por la Chlamydia).
Tratamiento: Cuando una EPI sin compromiso general importante es diagnosticada, se debe administrar tratamiento antibiótico de manera ambulatoria con seguimiento minucioso por parte del médico. Cuando un caso es más grave y existe compromiso general, el tratamiento debe ser intrahospitalario y la posibilidad de tratamiento quirúrgico evaluada si el cuadro no mejora con los antibióticos únicamente. Igualmente es importante tratar a la pareja sexual y además es esencial usar preservativos mientras no se acabe el tratamiento.
Complicaciones: La infección de los genitales internos ocasiona su inflamación y cicatrización. Estos procesos pueden tener consecuencias como el dolor pélvico crónico, embarazo ectópico e infertilidad, incluso si están bien tratados. Es por esto que ante la más mínima duda de encontrarnos frente a un caso de EPI la paciente tiene que ser tratada.
La infección pélvica es la causa más frecuente de lesión tubárica. Las alteraciones de las trompas suponen cerca de un 30% de los casos de infertilidad. Es por ello que un tratamiento precoz es importante para evitar complicaciones. En caso de afectación tubárica ya establecida, se deberá recurrir a técnicas de reproducción asistida (Fecundación In Vitro) si se desea gestación.
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Gonorrea
También conocida como purgaciones, es un a enfermedad de transmisión sexual causada por la bacteria Neisseria gonorrhea.
¿Cómo se contagia esta enfermedad?
Toda persona con actividad sexual está en riesgo de contagio. La diseminación es por vía oral, vaginal y rectal. Esta bacteria prolifera en lugares cálidos y húmedos del cuerpo como por ejemplo las trompas de Falopio, uretra e inclusive los ojos.
Factores de riesgo: A pesar de que personas en todas las edades con actividad sexual están en riesgo de contagio, las edades con mayor riesgo son entre 20 y 24 años. En España esta enfermedad está en aumento alarmante por el abandono en el uso de preservativo y el turismo sexual. En especial riesgo se encuentran personas con múltiples parejas sexuales, tener un compañero/a con antecedentes de alguna enfermedad de transmisión sexual y las relaciones sexuales sin uso de preservativo.
¿Qué síntomas da?
Suelen aparecer 2-5 días después del contagio aunque pueden demorarse hasta un mes en aparecer. En algunos casos la persona no presenta síntomas (portador asintomático) pero sigue siendo contagioso. Esta persona desconoce por completo que ha adquirido la enfermedad, esto aumenta la probabilidad de complicaciones y sobre todo aumenta el número de contagios. Los síntomas típicos que aparecen son:
- Dolor o ardor al orinar
- Aumento de la frecuencia urinaria
- Flujo vaginal purulento
- Sensación de picor uretral
- Dolor con las relaciones sexuales
- Dolor en la parte baja del abdomen
- Irritación en la garganta
Complicaciones: el hecho de que esta enfermedad sea en algunos casos asintomática puede llevar a la infección crónica y con ello sus complicaciones. Estas complicaciones vienen cuando esta infección se ha extendido a los genitales internos como útero, trompas y ovarios. Entre las múltiples complicaciones están:
- Enfermedad pélvica inflamatoria.
- Vuvlovaginitis.
- Salpingitis (infección de las trompas de Falopio con su consiguiente cicatrización y oclusión ocasionando dificultad para futuros embarazos).
- Esterilidad.
- Dolor al tener relaciones sexuales (dispareunia).
- Infección diseminada (caso muy grave).
- Infección en la cavidad abdominal con compromiso hepático.
- Artritis (de hecho la primera causa de artritis infecciosa en adultos jóvenes).
- Problemas oculares en el recién nacido de madre infectada.
- El estar afectado por esta enfermedad aumenta la posibilidades de contagio de otras enfermedades como por ejemplo el SIDA.
Tratamiento: La importancia del tratamiento de la gonorrea se basan en tres puntos. El primer es el alivio de los síntomas, segundo es la prevención de sus complicaciones y tercero es la prevención del contagio. Es importante identificar a todos los contactos sexuales de esa persona para examinarlas y tratarlas y así intentar evitar la diseminación de esta enfermedad.
Esta enfermedad se trata mediante la administración de antibióticos que deben cubrir no solo a la bacteria causa de la gonorrea sino que también debe cubrir una posible infección por Chlamydia puesto que la coinfección por esta bacteria alcanza un 50%.
Prevención: La única manera 100% efectiva para su prevención es la abstinencia sexual, aunque mantener relaciones sexuales con una única pareja también ayuda a prevenir esta enfermedad siempre que uno se asegure de que su pareja también mantiene relaciones monógamas. El uso de preservativo desde el comienzo de la relación sexual puede también prevenir el contagio, aunque por desgracia no es un método infalible.
Sífilis (Treponema pallidum)
Definición: Es una infección muy seria que se contagia por vía sexual. Está causada por una bacteria Treponema pallidum muy contagiosa que podría infectar a una persona sana con sólo tocar la sangre o las lesiones del enfermo.
Ladillas (Pediculosis)
Definición: Las ladillas son insectos (6 patas) que infectan las zonas con vello del pubis. Aunque su nombre sea Phthirus pubis también pueden afectar otras zonas como el vello axilar y las cejas.
Causa: El nombre del piojo que infecta el vello púbico se llama Phthirus pubis. La infección por este piojo es más frecuente en los adolescentes y es contagiado primordialmente en las relaciones sexuales aunque podría también contagiarse por la ropa (probarse ropa interior o bañadores en tiendas), sábanas o tazas de water contaminadas. Es importante mencionar que al encontrarse esta infección en el pubis, el preservativo no confiere ningún tipo de protección.
Factores de riesgo: comparte los factores de riesgo de la mayoría de enfermedades de transmisión sexual.
- Adolescencia con vida sexual activa
- Contacto con persona infectada
- Parejas sexuales múltiples
- Compartir ropa interior o cama con alguien infectado
Síntomas: Las ladillas dan como síntoma primordial picor o prurito en la zona comprometida (esencialmente la zona cubierta por vello en el pubis) que suele empeorar por las noches. Además se puede ver una reacción cutánea en la zona infectada, de color grisáceo azulado. En ocasiones se pueden ver los huevos de estos parásitos (liendres) y los piojos adultos. Pueden haber lesiones por el rascado o debido a las picaduras por parte de los piojos. Preocupa la sobre infección de la piel por las lesiones de rascado llegando a verse casos con lesiones de impétigo.
Diagnóstico: La exploración de las zonas comprometidas ponen en evidencia las liendres (huevos ovalados color gris claro) adheridas a los tallos del vello y los piojos adultos. Además se pueden ver las lesiones de rascado. Vistos bajo el microscopio estos piojos tienen la forma muy similar a los cangrejos (es así como se les denomina en inglés, “crabs”).
Tratamiento: Se debe tratar al paciente tanto como a la pareja sexual. La base del tratamiento de de las ladillas es los lavados con champú de lindano al 1% (Kife champú) o la aplicación de crema de permetrina al 1% (NIX o Permetrin champú). Se debe aplicar este champú o la crema en la zona comprometida, bien seca, por lo menos por 5 minutos y luego enjuagar muy bien. Peinar la zona con cepillo de dientes finos para retirar las liendres adheridas al vello. Un tratamiento único suele ser suficiente aunque si fuese necesario se repetirá un segundo lavado una semana después del primer lavado. Se ha de lavar toda la ropa y las sábanas en agua caliente y guardar en bolsas plásticas selladas todas esas prendas que no se puedan lavar por un espacio de dos semanas para así sofocar los piojos.
Vulvovaginitis
La vulvovaginitis es una inflamación de la vagina y la piel externa a la vagina y que la rodea (la vulva). Esta inflamación puede ser infecciosa y no infecciosa. Además suele estar asociada a picor o prurito, flujo vaginal de diferentes características, con o sin mal olor, escozor y ardor al orinar.
Causas: la vulvovaginitis puede darse a cualquier edad. Es un problema muy molesto y muy común. Puede ser ocasionada por infecciones por hongos (cándidas), bacterias, virus, irritantes químicos, alergias, parásitos…
Una de las causas más frecuentes es la infección por la Candida albicans. Es un hongo que habita normalmente en la vagina y el tubo digestivo pero que en ocasiones prolifera para causar molestias. Esta infección suele aparecer tras el tratamiento con antibióticos o bien espontáneamente.
El síntoma primordial de esta infección es el prurito genital asociado a enrojecimiento de la zona y flujo vaginal blanco y espeso (como de leche cortada).
Otra causa muy frecuente de vulvovaginitis es la vaginosis bacteriana. Esta es una proliferación de un tipo de bacterias anaeróbicas (que no necesitan oxígeno para sobrevivir) que habitualmente se encuentra colonizando la vagina en concentraciones bajas. Al predominar estas bacterias producen (debido al tipo de metabolismo) un flujo color grisáceo con mal olor (olor a pescado).
Menos frecuente que las otras dos es una enfermedad de transmisión sexual llamada Tricomoniasis. Ésta es una infección por un parásito flagelado que da como resultado picores y un flujo abundante color amarillo-verdoso.
La vulvovaginitis también puede deberse a sustancias irritantes que pueden causar reacciones alérgicas como jabones, baños de espuma, espermicidas, alergia al látex de los preservativos, perfumes, ropa muy apretada que no deje ventilar la zona, toallas higiénicas, detergentes, etc. Este tejido irritado es fácilmente sobreinfectado por organismos que se reproducen en estas condiciones de humedad y excoriaciones (piel inflamada). Al tratarse la infección se perpetúan los síntomas porque las sustancias irritantes continúan afectando la zona.
Otra causa de prurito vulvar que no es una inflamación propiamente dicha es la atrofia vaginal secundaria a la menopausia. Los genitales y sistema urinario de la mujer dependen de estrógenos. Esta hormona disminuye sustancialmente en la menopausia ocasionando un adelgazamiento de la piel y mucosas de esta zona. Además se acompaña de sequedad y sensación de ardor vaginal.
Síntomas:
- Irritación y prurito del periné
- Inflamación de los labios de la vulva y resto de la zona perineal
- Flujo de diferentes características
- Mal olor
- Ardor al orinar
Diagnóstico: son tantas las causas de prurito vulvar que lo mejor es consultar a su ginecólogo para el diagnóstico adecuado y el tratamiento específico.
Tratamiento: el tratamiento es específico para cada enfermedad. Éste puede incluir antibióticos o antifúngicos por vía oral o local (con cremas y óvulos) si el problema es infeccioso. También se pueden utilizar antihistamínicos o corticoides tópicos para problemas alérgicos o irritativos. En la menopausia la mejor manera de tratar la atrofia vulvar es con estrógenos locales que en algunos casos no se absorben a vía sistémica o lo hacen en muy poca cantidad.
Prevención: dado que algunas de las causas de inflamación genital pueden ser enfermedades de transmisión sexual, es importante utilizar preservativo en las relaciones sexuales. El uso de ropa holgada, adecuadamente absorbente además de una higiene apropiada con jabón neutro puede prevenir muchos casos de vulvovaginitis. Es importante recordar que el lavado frecuente y exhaustivo de la región genital no hace más que resecar la piel, irritarla y predisponer a infecciones o empeorar las ya existentes.
Apoyo psicológico y psiquiátrico en las ETS
Las personas que padecen una enfermedad de trasmisión sexual pueden desarrollar algunos problemas psicológicos, tales como la ansiedad, estado de ánimo deprimido, entre otros…
En determinadas ocasiones esto puede conllevar problemas a la hora de mantener relaciones íntimas con otra persona, autolimitaciones a causa de estereotipos sociales, problemas de autoestima, autoimagen, asertividad y toma de decisiones.
En estos casos es adecuado consultar a un profesional.
Institut Marquès pone a su disposición un equipo de psicólogos especializados que le ayudarán a hacer frente a los cambios que puede suponer padecer algún tipo de enfermedad de trasmisión sexual y le facilitarán la adaptación a los mismos sin renunciar a la calidad de vida.